El frontal de Lazcano

En diciembre del año pasado reabría sus puertas el Frontal De Lazcano, una renovación del antiguo negocio familiar de Carmen Lazcano. Un local emblemático de la capital, que nos sorprendía con una nueva apertura en el madrileño barrio de Chamartín a la altura del número catorce de la calle Agustín De Foxá.

Lo que en sus orígenes arrancó su andadura como una conocida pastelería, ha evolucionado para deleitarnos en la actualidad con un nuevo proyecto, con horario ininterrumpido, dónde podemos disfrutar tanto de desayunos, aperitivos, y picoteos, hasta comidas y cenas. Un entrañable negocio familiar que, a día de hoy, está regentado por los tres hermanos: Ángeles, Pablo y Alfonso. Un gran equipo, que se complementa perfectamente para arrancar ahora este nuevo proyecto en el que buscan dar un cambio radical al negocio familiar para adaptarse a los nuevos tiempos. Una nueva identidad que toma forma en este agradable local, dónde siempre nos hacen sentir como en casa, mientras nos adentran en la apetecible carta de El Frontal del Lazcano.

En nuestra primera visita, comenzamos compartiendo unas croquetas caseras de un considerable tamaño, de jamón y de gambón con alioli, que nos dieron una calurosa bienvenida. Continuamos con unas sensacionales patatas revolconas con torreznos que son un verdadero espectáculo. Una opción perfecta para compartir, que nos llevó directamente al wok de tallarines con verduras y langostinos. Un plato muy colorido y con un ligero toque dulzón que desembocó en un sabroso arroz caldoso con sepia y almejas.

Terminamos con una rica tarta de queso con nata artesana. Un buen final que, sin duda, hará las delicias de los paladares más golosos.

El Frontal de Lazcano, la nueva aventura empresarial de la familia Lazcano, nos sorprende con un espacio sencillo y acogedor, dónde el tiempo parece fluir a otro ritmo, mientras coleccionamos bonitos momentos alrededor de una mesa. Aromas, sabores y matices, que evocan anécdotas del pasado, para que cada visita a El Frontal de Lazcano, resulte siempre inolvidable.