El Espigón

Cruzar el umbral de El Espigón significa viajar al Sur a través de paladar. Un acogedor restaurante en el corazón financiero de Madrid que cuenta con varios espacios que se adaptan perfectamente a cada ocasión. Desde su agradable barra, pasando por sus elegantes salones, hasta sus íntimos reservados. Distintos rincones para que podamos elegir siempre el que mejor se adapte a nuestras necesidades.

Detrás de este bonito proyecto, la encantadora familia Cascajo Moro, nos hace viajar al sur a través de una rotunda carta protagonizada siempre por la calidad de las materias primas que emplean para elaborar los riquísimos platos que salen de su cocina. Los pescados y mariscos más frescos, recién traídos de las lonjas, comparten protagonismo con sabrosísimos arroces y espectaculares cortes de carne. Una apetecible selección de riquísimos bocados con opciones para todos los gustos que culminan en el dulce apartado de los deliciosos postres caseros.

Ubicado a la altura del numero cincuenta y ocho de la calle Poeta Joan Maragall, El Espigón cuenta además con otros dos restaurantes en Sevilla. Tres destinos que garantizan el pleno disfrute alrededor de una mesa.

Nosotros visitamos el restaurante de Madrid y comenzamos saboreando un rico aperitivo de salmorejo casero que acompañamos del seductor Albariño Esentium de la bodega Alidis, mientras estudiábamos meticulosamente su amplia carta. Finalmente decidimos empezar por un magnífico plato de jamón de Jabugo de Huelva que acompañamos de un delicioso pan de cristal con tomate natural.

Un magnífico comienzo, que nos condujo a unas formidables gambas a la plancha que desembocaron en unas deliciosas almejas a la sartén. Continuamos con sus famosas frituras, que tomaron forma en unos fabulosos boquerones victorianos, unas magníficas puntillitas recién llegadas de Isla Cristina y unos sabrosísimos salmonetes de Motril. Un magnífico homenaje que resulta ideal para compartir y que disfrutamos plenamente de principio a fin.

Antes de pasar al dulce momento del postre, también tomamos una exquisita lubina al horno con patatas panadera que es un verdadero espectáculo. Para terminar, pedimos la tarta fina de manzana que preparan al momento y que acompañamos con una cremosa bola de helado de vainilla. Una excelente forma de concluir la velada que nos hizo rebañar el plato a conciencia. Sin duda, la mejor señal.

El Espigón, una magnífica oda a los mejores pescados y mariscos en la capital. Un encantador restaurante familiar donde el disfrute y los buenos momentos… ¡Están siempre garantizados!