Kulto, fusión viajera con alma gaditana

Fusión en estado puro. Sabores atlánticos. Matices exóticos. El paraíso terrenal para los amantes incondicionales del atún. Kulto, aterrizó en la capital allá por el año 2015, el rabioso proyecto del increíble José Miguel Fuentes, que tras los éxitos cosechados en el Sur decidió dar el salto a la capital. Un desembarco nada fácil, con el que Fuentes quiso satisfacer los deseos de sus clientes madrileños que no dejaban de pedirle que abriese algo en Madrid.

Kulto es un gran ejemplo de fusión total, en la que nos aguardan sabores gaditanos con matices repletos de exotismo, que se plasman magníficamente en una apetecible cocina viajera, en la que el atún cobra un protagonismo indiscutible. Fruto de sus viajes por medio mundo, este encantador roceño también propietario de Albedrío y Trasteo, nos adentra en Kulto en un acogedor espacio gastronómico, de más de doscientos metros cuadrados, con una divertida carta compuesta por una apetecible variedad de tapas y recetas de corte internacional donde no falta nunca la innovación.

Al frente de los fogones de Kulto, José Fuentes y Laura López, elaboran magníficos platos que parten de las mejores materias primas logrando satisfacer con creces las expectativas de los paladares más exigentes.

En nuestra visita a Kulto, comenzamos saboreando el famoso pepito de Kulto, que preparan con lamina de vaca rubia madurada sobre pan de cristal, pimientos verdes, salsa de habanero y lascas de queso Payoyo. Una versión seductora y elegante del clásico Pepito que nos condujo a una llamativa oreja de cerdo brava con salsa brava y salsa de habaneros tatemados que es un verdadero espectáculo, y que, sin duda, nos hará volver pronto a Kulto. 

Para terminar, nos decantamos por el lemon pie clásico de Kulto que hará las delicias de los paladares más golosos. 

Kulto, fiel a su lema “más escabeches y menos ceviches” nos adentra en un seductor universo gastronómico que nos regala un inolvidable viaje por el mundo a través de aromas, sabores y matices, que conquistan el alma. Sin duda alguna, se trata de uno de esos restaurantes que una vez se conocen… resulta imposible no volver.