Santa Caña

Un restaurante castizo, en la madrileña Plaza de Santa Ana, donde comerse Madrid a bocados

Ana S. Diéguez

Visitar Santa Caña es sinónimo de adentrarse en el Madrid más castizo y empaparse de la auténtica esencia de la tradición. Un local con solera y personalidad, que destaca en la emblemática Plaza de Santa Ana, por no ser uno de los muchos restaurantes enfocados al turismo, sino por su propuesta honesta y de calidad, muy enfocada al producto. Una taberna como las de antaño. Una de esas entrañables tascas donde disfrutar del arte del picoteo. Una costumbre muy arraigada en nuestro país, que inevitablemente se acompaña de esas deliciosas cañas bien tiradas y de esos vermuts que siempre van acompañados de buenos momentos.

Ubicada en el número siete de la madrileña Plaza de Santa Ana, en Santa Caña nos aguarda una grata sorpresa que, ya lleva casi una década seduciendo a todos aquellos que disfrutan de esos agradables paseos por el Barrio de las Letras. Una zona donde confluyen historia, tradición y gastronomía. Un magnífico plan que atrae al turismo, pero también al público local, gracias a lugares tan especiales como Santa Caña.

El interiorismo de este pequeño gran descubrimiento, nos embriaga nada más cruzar su umbral. Un entrañable espacio que han decorado con carteles y detalles de los antiguos mercados de abastos. Acogedor y entrañable, visitar Santa Caña es sinónimo de viajar en el tiempo. Un local muy especial donde saborear una magnífica cocina de producto. 

En nuestra visita a Santa Caña, comenzamos compartiendo un esplendoroso plato de jamón de Guijuelo de bellota, considerado como uno de los mejores de nuestro país y del mundo entero. Su concentración de grasa le aporta cuerpo, sabor y consistencia, enamorando al paladar con cada bocado.

Continuamos con un plato de ahumados que sin duda alguna merece la pena probar. Uno de los platos estrella de Santa Caña. Un equilibrado mar y montaña, donde hay cabida para una sensacional presa ibérica y un delicioso solomillo, ahumados a la leña que comparten protagonismo con el salmón y el pulpo. Una delicia en toda regla que dio paso a una original ensalada de arenques solo apta para los paladares más intrépidos. De intenso sabor y con unos acertados matices proporcionados por el marinado y la vinagreta de su aliño, resulta una opción saludable y refrescante, ideal para los calurosos días estivales. 

Los escabeches son otro de los puntos fuertes de Santa Caña y en este caso, Jhon, su encantador encargado, nos recomendó el de perdiz salvaje. Una delicia en toda regla, que dio paso a un exótico tataki de atún que complementan con nabo rallado, wasabi y salsa de soja.

Para terminar, nada mejor que el lomo alto de ternera, que va acompañado de pimiento rojo y unas sensacionales patatas fritas caseras que resultan verdaderamente adictivas.

De postre, no pudimos resistir la tentación de probar la tarta fina de manzana que preparan al momento. Finísima, delicada y deliciosa, viene acompañada de una exótica confitura de mango y un cremoso helado de vainilla. El final perfecto para una comida de altura.

Santa Caña, es un magnífico espacio donde la tradición y la calidad se fusionan en una apetecible carta que nunca defrauda. Pequeños grandes bocados que alcanzan su punto álgido en compañía de esas maravillosas cañas que siempre saben mejor en buena compañía. ¿Nos vemos en Santa Caña?

Dirección: Plaza de Sta. Ana, 7, 28012 Madrid 

Teléfono: 910 57 69 72 

Web: https://www.xn--santacaa-j3a.es/

Precio Medio: 30€