Hopper

Un lugar curioso. Diferente. Un local con personalidad, que una vez se conoce invita a volver. Cócteles y copas, que ahora se combinan con riquísimos bocados elaborados por la imparable chef mexicana Cynthia Pariente. Simpatiquísima, incombustible y adorable, Cynthia es una profesional como la copa de un pino. Una enamorada de su profesión que nos transmite su pasión por la gastronomía y nos conquista con el brillo de sus ojos. Una amante del picante tan típico de su tierra que ha tomado las riendas de los fogones de Hopper introduciendo como ella misma dice “platillos ricos”. Recetas sencillas pero sabrosas que se complementan con sus espectaculares cócteles. Un maridaje original, divertido y seductor que nos regala una experiencia inolvidable en el Madrid más castizo. En esta ocasión, comenzamos con unos riquísimos nachos con guacamole, pico de gallo, crema agria y frijoles refritos que acompañamos con unas deliciosas micheladas. Un rotundo acierto que nos trasladó a México con cada bocado de esos maravillosos totopos artesanales de maíz azul y blanco. La mejor forma, sin duda, de adentrarse en la esencia de Hopper.

Continuamos con unas sabrosísimas alitas glaseadas al Bourbon que maridamos con un refrescante cóctel, Early Sunday Morning, que con su toque cítrico liga perfectamente con el saborcito picante de las alitas. Imprescindible pedir, en el caso de los verdaderos amantes del picante, la salsa casera de puro habanero que prepara Cynthia. Solo apta para paladares intrépidos y con el verdadero grado de picante mexicano que tanto nos gusta.

Uno de los platos estrella de Hopper son sus baos. Nosotros probamos el de panceta a baja temperatura con mayonesas de chipotle, cebolla crujiente y xnipec. Absolutamente brutal y más aún, cuando se acompaña del coctel Gin Led. Una elaboración exótica y colorida que nos fue conquistando sorbito a sorbito.

Antes de pasar al postre, no pudimos evitar la tentación de probar el kebab que Cynthia prepara con pan de pita tostadito, un maravilloso cordero marroquí, salsa de yogur y una gran variedad de verduritas. Un plato colorido y contundente que sin duda merece la pena probar.

Terminamos con una tarta casera de zanahoria acompañada de un coctel de expreso, el broche final perfecto para una comida diferente, informal y sensacional. Un dulce especiado y nada empalagoso que nos dejó con un agradable sabor de boca y…. ¡Muchas ganas de volver!