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El suelo pélvico

Conexión cuerpo y mente

A pesar de ser una de las partes más importantes del cuerpo, sigue siendo un gran desconocido. Seguramente, en alguna oportunidad has escuchado hablar de incontinencias, dolor lumbar y pélvico, prolapsos, dolores durante las relaciones sexuales o dificultades para alcanzar un orgasmo, un problema de suelo pélvico que a veces se sufre en silencio y afecta la calidad de vida, de muchas personas. 

Por esta razón, entrevistamos a Angie Torres, Fisioterapeuta especializada en suelo pélvico, quien nos explica la importancia de realizar una valoración a tiempo, según expresó, se trata de una zona bastante vulnerable, teniendo en cuenta, que cierra al abdomen y a la pelvis en su inferior, está sometido constantemente a recibir aumentos de presión por la gravedad e incrementa con cosas tan simples como el toser o estornudar, si a esto, le sumamos malos hábitos alimenticios, defecatorios, miccionales, deportes de impacto, posturas inadecuadas, en fin, es bastante probable que este conjunto de tejido y musculatura comience a verse afectado. 

“Una adecuada valoración de suelo pélvico, incluirá unas pautas que te ayudarán a ser más consciente, modificar conductas, hábitos y por supuesto, detectar si hay alguna deficiencia y la propuesta de su adecuado tratamiento”, dijo.



@pelvispositiva

¿Es lo mismo una valoración ginecológica que una valoración de fisioterapia del suelo pélvico? 

No, la diferencia principal radica en que el fisioterapeuta valorará musculatura y comportamiento del tejido y la estática pélvica. En la valoración ginecológica el objetivo es prevenir y detectar a tiempo posibles alteraciones de los órganos reproductores, enfermedades de transmisión sexual, cáncer de mama etc. Mientras que la revisión que realiza un fisioterapeuta especializado en esta área, tiene como finalidad detectar y prevenir posibles alteraciones en la esfera abdominal, pélvica y perineal. 

¿Según tu criterio, crees que existe desconocimiento por parte de la población sobre las afecciones del suelo pélvico? ¿Por qué? 

Si, existe mucho desconocimiento (por fortuna cada vez menos), la razón es porque no nos enseñan desde pequeños a conocer nuestro cuerpo y cómo funciona.

¿Es cierto que a muchas mujeres les puede resultar difícil identificar que tienen algún problema en esa zona? ¿Podrían hacerse ellas mismas una autoevaluación?

Si, a muchas mujeres y hombres aún más, porque los chicos también tienen suelo pélvico. Puede resultar difícil de identificar porque muchas veces, no presentan ningún síntoma o lo presentan, pero la sociedad y las campañas publicitarias nos han hecho creer que es normal. 

Por ejemplo, tener algún escape de orina tras el parto, el dolor menstrual, estos síntomas son indicativos de que algo no está bien, pero muchas veces lo dejan pasar pensando que es normal. Sin embargo, pienso que la causa principal es que, si no escuchamos a nuestro cuerpo, si no prestamos real atención y no hacemos un verdadero trabajo de conciencia corporal será más complejo de identificar. 

Una autoexploración debemos hacerla todos, es muy fácil saber si algo nos ocurre en alguna parte del cuerpo visible, pero como el suelo pélvico no está tan visible no generamos esquema corporal en nuestro cerebro, así que mi recomendación es que nos miremos en un espejo, nos toquemos, en todas las fases de nuestro ciclo, para aprender a conocernos, que estemos atentos a nuestra postura y cómo se encuentra cada una de nuestras estructuras, cómo se comporta cuando vas a miccionar o a defecar por ejemplo, así sabremos cuando algo no está bien.

¿Existe una edad o etapa determinada para hacerse la primera evaluación de suelo pélvico? 

Siempre en el postparto (vaginal o cesárea), durante el embarazo, la menopausia o en cualquier momento que presentes algún síntoma o sospecha que algo no anda bien (escapes de orina, algo que asome por la vulva, dolor durante el sexo o la menstruación…), también, si tienes malos hábitos o si practicas un deporte de impacto o tienes una profesión que sume presión constante a dicha zona, como los cantantes, por ejemplo. O simplemente en cualquier momento de tu vida para conocerte, mejorar hábitos, hacer más conciencia y crear en tu cerebro ese esquema corporal.

¿Qué hay de la conexión entre la mente y el suelo pélvico? 

Precisamente la conexión mente y cuerpo es ese esquema corporal del que hablo, la imagen que tenemos en nuestro cerebro de cada parte del cuerpo y cómo funciona es algo que se trabaja desde que somos muy pequeños, pero el suelo pélvico es el gran olvidado, solo nos enseñan a conocer los genitales externos. Por eso, debemos trabajar en conocerlo, saber cómo funciona y para esto, una consulta con un fisioterapeuta especializado es fundamental.

Angie, además de fisioterapeuta, eres instructora de Pilates ¿Cómo integras éste método con el suelo pélvico? 

El Pilates es una disciplina deportiva que trabaja la conciencia corporal, favorece principalmente la postura buscando la alineación de todas las estructuras del cuerpo y solo por esto, ya está favoreciendo al suelo pélvico, ya que, un 70% de las fibras musculares de esa zona, son estáticas o posturales y el otro 30% son fásicas o de activación voluntaria, que también se trabajan porque en Pilates, se solicita una activación voluntaria del suelo pélvico (que no es recomendable en todos los casos realizar), y del músculo transverso del abdomen que actúa en sinergia con el suelo pélvico. Todo esto, es favorecedor, cambiando los hábitos posturales y mejorando la forma en que distribuimos la fuerza y presiones que recibimos constantemente.

 Además del Pilates, Angie recomienda otras actividades como la gimnasia abdominal hipopresiva, el yoga y cualquier disciplina deportiva que no conlleve impacto y que sea dictada por un profesional que guíe e indique cuáles son las posturas correctas y la gestión adecuada de las fuerzas. Por supuesto, en casos de post parto tras haber realizado una valoración del suelo pélvico.






Algunos tips

  • Mirarnos en un espejo para identificar donde se encuentra el suelo pélvico. 
  • Estar atentos, escuchar y sentir nuestro cuerpo, conocer cómo funciona, potenciar nuestras capacidades y mejorar aquellas debilidades de la mano de profesionales. 
  • Cuidar la postura. 
  • Asistir al menos una vez en la vida a una consulta de fisioterapia abdomino-pélvica.
  • Cuidar hábitos y posturas defecatorias, hábitos miccionales y alimentarios. 
  • Hacer ejercicios que no impliquen impacto.
  • Evitar cargar peso en exceso. 
  • No utilizar ropa demasiado ajustada
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