Celebra este año su noventa aniversario
Por Ana S. Diéguez
El Mesón de Fuencarral encendió sus chimeneas por primera vez allá por 1932. Lo que hasta entonces había sido una antigua casa de postas y una vaquería, se convirtió a base de mucho trabajo y esfuerzo, en un agradable restaurante que se vio forzado a cerrar sus puertas cuando estalló la Guerra Civil española. El Mesón de Fuencarral pudo volver a reabrir sus puertas en 1940 gracias a un préstamo de mil pesetas comprando productos de estraperlo y haciendo verdaderas virguerías en la cocina para poder sacar adelante el negocio.
Una cocina que fue evolucionando con los años manteniendo el sabor tradicional
de la gastronomía española de siempre. Como dice su actual propietario, Ramón
Dios, nieto de los artífices de El Mesón de Fuencarral “Seguimos haciendo las
cosas como las hacía mi abuela». Una cocina tradicional de siempre que evoca
recuerdos de la infancia. Sabores de la niñez. Guisos de la abuela. Esas
inolvidables reuniones familiares alrededor de una mesa que nunca se olvidan.
Ubicado como su propio nombre indica en el distrito de Fuencarral, a tan solo
diez minutos de Plaza Castilla, en El Mesón de Fuencarral el tiempo parece fluir
a otro ritmo. Un encantador espacio alejado del ruido y del caos urbanita donde
siempre nos hacen sentir como en casa, mientras disfrutamos de su sabroso
recetario que se caracteriza por la calidad de las materias primas que emplean
para su elaboración. En su carta, más de cuarenta platos aptos para celíacos y
unas amplias instalaciones, lo convierten en el enclave ideal para ir con los más
pequeños.
En nuestra primera visita al Mesón de Fuencarral comenzamos saboreando un gazpacho tradicional majado a mano que es una verdadera delicia. Ligero y repleto de sabor, nos condujo a unas riquísimas croquetas de jamón y pollo caseras que dieron paso a unas originales berenjenas fritas con salmorejo. Una receta que llevan haciendo durante los últimos quince años y que no deja de cosechar adeptos. No podían faltar sus riquísimas migas con chorizo y huevos fritos, que nos llevaron a una sensacional paletilla de cordero lechal con guarnición de patatas. Un plato que merece la pena probar cuando se visita El Mesón de Fuencarral y que desembocó en el dulce momento del postre que culminamos con un llamativo soufflé con helado de bizcocho. El broche final perfecto para una comida rotunda con auténtico sabor a tradición.
El Mesón de Fuencarral, uno de los pocos locales actuales que puede presumir
de ser casi centenario. Un restaurante con historia y esencia. En su carta, una
amplia y apetecible colección de apetecibles bocados que invitan a ser
compartidos en familia… alrededor de una mesa. ¿Se os ocurre un plan mejor?
Dirección: Ctra. de Colmenar Viejo, Km. 14,500 Madrid 28049 Madrid
Teléfono: 917 34 10 19
Web: https://www.mesondefuencarral.com/
Ticket Medio: entre 45€ y 50€