Su artífice, el increíble chef Álvaro Ávila, acaba de recibir el galardón de La Razón al mejor chef novel, en la VI edición de los Premios Gastro&Cía
Por Ana S. Diésguez
La Alvaroteca abrió sus puertas allá por el año 2013, impulsado por la pasión e ilusión de su artífice el encantador chef Álvaro Ávila de arrancar su propio negocio. Con una sólida trayectoria profesional y tras pasar por cocinas de prestigio como la de Arzak, Álvaro inició su carrera en solitario hace casi una década con su propio negocio, La Alvaroteca.
Un llamativo espacio ubicado en la malagueña calle Gerona, donde nada más cruzar su umbral nos impacta su salón principal, bautizado como «el psiquiátrico». Un espacio llamativo y trasgresor, donde saborear el arte culinario del joven chef Álvaro Ávila. Un rebelde en toda regla, que tras unos inicios polémicos debido a su cocina provocadora, ha alcanzado una madurez y un equilibrio que se traducen en una propuesta gastronómica sublime, que nunca defrauda.
La cocina de La Alvaroteca resulta difícil de clasificar. Una propuesta de autor, en la que confluyen tradición y vanguardia. Sabores de siempre que Álvaro rescata para darles una vuelta de tuerca, preparándolos con las ultimas técnicas de vanguardia. El resultado, una cocina con alma y esencia. Bocados que generan una merecidísima expectación y que regalan al comensal una aventura gastronómica única e inolvidable.
Al frente de los fogones de La Alvaroteca, el propio Álvaro, nos deleita con una desbordante creatividad. Una imaginación que se asienta sobre una sólida formación, traduciéndose en una seductora colección de excepcionales platos, que están a la altura de los paladares más sibaritas. sabores, texturas y aromas, confluyen en la carta de La Alvaroteca. Una propuesta dinámica, que vive en constante transformación, evolucionando en constante búsqueda de la excelencia. El alma de La Alvaroteca, el incansable Álvaro Ávila. Lo mejor siempre, pedir la carta blanca y ponerse en manos del chef, para que nos sorprenda con un menú que improvisa y que enamora los sentidos.
Nosotros nos pusimos ciegamente en manos de Álvaro y arrancamos con un amontillado fresquito, un palomino fino For Long, que disfrutamos mientras saboreamos un divertido pan de calabaza de una llamativa tonalidad anaranjada. Continuamos con una esferificación de aceitunas, regada con un formidable aceite Picual. Tres magníficas explosiones de sabor en boca que desconciertan, sorprenden y convencen de inmediato.
El tartar de atún rojo de Almadraba con caviar Oscietra y regañá Don Pelayo de
algas que degustamos a continuación, acompañado de un champagne joven
Henri Verlaine, es un espectáculo en toda regla que alcanza su punto álgido con
ese acertado maridaje que nos propuso Ávila.
Seguimos con un impresionante gunkan de ortiguillas de mar con huevo de codorniz y jamón ibérico Dehesa de los Monteros. Una magnífica joya gastronómica que nos hará volver a La Alvaroteca mucho antes de lo que teníamos previsto. Amor al primer bocado.
El siguiente pase, una formidable Ostra de Normandía Nº2, aderezada con leche de tigre de coco y perlas de maracuyá. Un contraste perfecto que dio paso a la llamativa tosta de arroz negro deshidratado con anguila ahumada alioli, ajo negro y salicornia. Un bocado vanguardista que dio paso a la tradición con unos riquísimos higaditos al Jerez con jugo de pichón y mostaza antigua que compartieron protagonismo con una riquísima crema de caldillo pintarroja con buñuelo. Dos elaboraciones de corte más clásico que nos llevaron a unas fabulosas lentejitas caviar estofadas con ciervo, jabalí y pato azulón.
Para terminar, volvimos al momento del atún. Uno de los ingredientes clave de La Alvaroteca. En este caso, tomamos una ventresca de atún rojo de Almadraba con jugo concentrado, caramelo, ponzu de naranja y espuma de coliflor. Una receta exótica, divertida y seductora que desembocó en el dulce momento del postre.
Antes de sucumbir a una espectacular seta que parece sacada de un cuento de hadas, saboreamos un petit choux de avellana y un mini Bronte con mousse de pistacho y merengue. Dos pequeños bocados con un acertado toque dulzón pero nada empalagoso, que dieron paso a la sorprendente seta con base de mousse de trufa blanca con toques de coco, chocolate, menta y frutos rojos, que nos acabó de impresionar. Una delicia en toda regla que invita a ser fotografiada. Un verdadero espectáculo visual que enamora el paladar.
La Alvaroteca, una inolvidable aventura gastronómica que está dando mucho que hablar en Málaga. Un restaurante con personalidad propia, esencia y alma, que una vez se conoce…. ¡Invita a volver!
Dirección: C. Gerona, 38 bis, 29006 Málaga
Teléfono: 680 62 52 14
Web: https://la-alvaroteca.jimdosite.com/
Precio Medio: 50€