Tora, el paraíso gastronómico para los amantes de la cocina nipona

Desde que Tora abriera sus puertas durante el pasado verano, se ha convertido en uno de los restaurantes japoneses más de moda de la capital. Un acertado concepto que nos adentra en una propuesta gastronómica purista a precios comedidos que nunca defrauda. 

Su artífice, el joven defensa del Atlético de Madrid, Mario Hermoso, decidió embarcarse en el trepidante mundo de la hostelería con este seductor proyecto, y para ello contó con el reconocido sushiman José Osuna, que tras su paso por los mejores restaurantes japoneses entre los que destacan Sushi 99 o Kappo, nos deleita con una interesante carta protagonizada por la calidad de las materias primas. 

Sofisticado, seductor y sorprendente, en Tora encontramos una alta cocina nipona a precios razonables, que hará las delicias de los más fervientes amantes de la gastronomía japonesa. Un precioso local ubicado en el exclusivo barrio de Salamanca, concretamente a la altura del numero cinco de la calle Padilla, bautizada con el termino japonés Tora, que significa tigre. Una inolvidable experiencia que traspasa los límites de lo puramente gastronómico y dónde recomendamos probar su menú Omakase, diseñado al milímetro por el joven, pero sobradamente preparado chef José Osuna. 

En nuestra visita a Tora comenzamos saboreando un original aperitivo de pepinos encurtidos, con vinagre de arroz y mermelada de chile que disfrutamos plenamente antes de pasar a probar una riquísima crema fría de tomate con yuzu, huevas de salmón y furikake de huevo. Un magnífico comienzo que desembocó en el curioso pez loro con setas enoki y sopa miso. Un plato delicado, elegante y repleto de sabor, que nos condujo al sensacional tartar de toro con yema de huevo de corral y salsa ponzu.

Continuamos con un inolvidable festival de nigiris, a cuál más rico que arrancó con el de salmón con miso dulce y piel de lima. Una maravillosa explosión de sabor en boca que dio paso al de lubina, aceite de yuzu y ajo. Original y rotundo, compartió protagonismo con el de hanachi, shiso y lima.

También probamos el nigiri de caballa y vinagre, y el de gamba roja y pimiento de Padrón que nos enamoró el paladar de inmediato. Para los paladares más intrépidos y amantes del picante, no puede faltar el de calamar con wasabi que nos llevó a saborear el mar con el nigiri de Parrocha aburi que nos trajo recuerdos de esos maravillosos espetos del sur.

Nuestro festín de nigiris continuó con el de albacora ahumada con tomillo y el de toro tostado y vieira. Ambos deliciosos, aunque posiblemente nuestro preferido fue el de atún con grasa de wagyu y caviar. Un espectáculo en toda regla que culminó con el nigiri de foie caramelizado con salsa de anguila. Súper recomendable.

Antes de pasar al dulce momento del postre, sucumbimos a los encantos del arriesgado temaki de mollejas de cordero con sisho. Atrevido, equilibrado y exquisito, lo saboreamos de principio a fin. Terminamos con un gel de vino tinto sobre brioche caramelizado con mantequilla y caviar al vino que nos acabó de enamorar… Tal vez suprimiríamos el gel de vino tinto porque el brioche resulta tan perfecto que no necesita ningún matiz complementario.

Tora, una buena forma de comerse Japón a bocados sin necesidad de viajar. Aromas, sabores y matices de la cocina nipona, que logran superar nuestras expectativas y nos embriagan el paladar. ¡Enhorabuena!