Por Ana S. Diéguez
¿Quién no ha oído hablar de Mayte Commodore? Un referente gastronómico en la capital, que volvió a abrir sus puertas durante el verano pasado, dirigido en esta nueva etapa por el reconocido grupo de restauración Casa Remigio.
Un nuevo concepto que nos seduce con una atractiva propuesta gastronómica de corte Mediterráneo, donde prima siempre la calidad del producto. Una apetecible carta que nos propone una acertada colección de platos repletos de sabor, que hacen gala de una gran calidad y exquisitas presentaciones, que entran por los ojos. En su nueva etapa, Commodore nos recibe con varios espacios:
En el Hall podremos saborear una cocina española de vanguardia sumamente exclusiva que hará las delicias de los paladares más exigentes. En el Club, nos recibe un espacio moderno, acogedor y distendido. Un lugar ideal para disfrutar de una copa y coleccionar momentos en un ambiente informal y divertido.
En el re-encuentro nos deleitan con una seductora carta líquida, que se acompaña de una agradable música, para que el disfrute esté siempre asegurado.
Finalmente, en el restaurante, nos sorprenden con una excelente cocina mediterránea con magníficas pinceladas internacionales. Una propuesta muy centrada en el producto. Un rotundo acierto para todos aquellos amantes del buen comer y del mejor beber.
Emplazado en el número cinco de la madrileña Plaza de la República de Argentina, en Commodore lo primero que nos llama la atención es su maravillosa decoración. Un exquisito proyecto de interiorismo obra del conocido decorador Luis Galliussi. Un llamativo vergel en pleno caos urbanita, que nos seduce con mil quinientos metros cuadrados divididos en dos alturas.
Un encantador espacio que resulta sumamente acogedor y distendido. El lugar ideal para desconectar y disfrutar, mientras saboreamos una excepcional selección de deliciosos bocados que nunca defraudan. Un concepto gastronómico que se basa en el Madrid actual, cosmopolita, dinámico y multicultural.
En nuestra visita a Commodore, comenzamos saboreando una sensacional
hogaza de pan con unas divertidas y coloridas mantequillas. De cúrcuma, de
tomate y de remolacha. Tres originales versiones que nos parecieron el
complemento ideal para el riquísimo pan.
El aperitivo de guacamole de manzana verde servido sobre un crujiente totopo nos cautivó por su innovación y sus acertados matices, conduciéndonos a una excepcional ensalada de tomate con ventresca aderezada con polvo de tomate que sirven sobre un lecho de salmorejo. Una receta que derrocha creatividad, color y sabor. Sin duda, un plato que merece la pena probar cuando se visita Commodore.
Seguimos con una fabulosa ensaladilla con langostinos y ventresca que nos resultó delicada, suave y deliciosa.
Pedro, el encantador jefe de sala, nos recomendó probar las croquetas, de gambón con sashimi de atún y de jamón con papada. Ambas variedades resultan sabrosas y muy agradables en boca, aunque hemos de confesar que nos decantamos por las primeras, que van coronadas con una fantástica mayonesa de chipotle que les aporta un perfecto toque picante.
De los platos principales decidimos probar la merluza a la romana con pimientos del piquillo y mayonesa de limón tostado. Una elaboración repleta de aromas y matices que funcionan de maravilla. No pudimos evitar la tentación de probar también su steak tartar que elaboran al punto picante que prefiera el comensal. Nosotros lo pedimos muy picante y nos pareció formidable.
De postre, probamos una tarta de chocolate con helado de violeta. Una combinación que nos gusta especialmente y que nos traslada a la infancia, recordándonos esos riquísimos caramelitos de violetas de cuando éramos pequeños.
Commodore es tradición y vanguardia. Un restaurante icónico de Madrid que
vuelve a la carga con más fuerza que nunca. Varios espacios en una misma
ubicación, para que siempre encontremos ese lugar donde disfrutar… a cualquier
hora y en cualquier ocasión.
Dirección: Pl. de la República Argentina, 5, 28002 Madrid
Teléfono: 652 62 09 66
Web: https://commodoremadrid.com/
Precio Medio: 40€