La Giralda

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Carmelo Espinosa, su fundador, nos embriaga con el genuino duende andaluz, a través de una convincente propuesta gastronómica

Por Ana S. Diéguez

Tras más de cuatro décadas al pie del cañón, Carmelo Espinosa sigue derrochando entusiasmo y pasión por los cuatro costados. En 1976 arrancó su aventura en el sector de la hostelería, abandonando su sueño de convertirse en novillero. Tras dejar su Almería natal para trasladarse a Barcelona con la intención de impulsar su carrera taurina, finalmente aterrizó en Madrid persiguiendo su gran pasión, el mundo del toro. Casualidades del destino, mientras desarrollaba su carrera como novillero, empezó a trabajar como camarero y acabó quedándose con el traspaso de su primera Giralda en la calle Hartzenbusch. Tal vez, la primera freiduría de calidad de la capital, que gracias al empeño y al esfuerzo de Carmelo, no tardó en brindarle una merecida fama que le animó a ampliar la saga de La Giralda, hasta abrir hasta cuatro sucursales en Madrid.

La crisis de 2008 fue un duro varapalo para el sector de la hostelería, pero a pesar de ello, a día de hoy podemos seguir saboreando el auténtico sabor del sur en La Giralda de Claudio Coello. Un bonito y espacioso restaurante de corte Andalusí que nos deleita con una maravillosa terraza en el exclusivo callejón de Puigcerdá. Un negocio familiar que ahora regentan tres de los cuatro hijos de Carmelo. María, Germán y Paco han tomado el relevo, aunque Carmelo sigue atendiendo personalmente a sus clientes como el primer día.


El secreto del éxito, sin duda, la calidad del producto que sirven. Su sello de identidad, el amable trato y los pequeños detalles que marcan la diferencia y nos tientan a repetir muy pronto. Las cañas, van siempre acompañadas de una rica tapa. En esta ocasión, unas riquísimas patatas con alioli casero que nos condujeron a un delicioso salmorejo cordobés, un plato fresco y rebosante de sabor.Una opción perfecta que anuncia que el verano cada vez está más cerca.

Seguimos con unas formidables croquetas caseras de langostinos que nos cautivaron desde el primer bocado. Crujientes por fuera, cremosas por dentro y elaboradas con mucho cariño, no pueden faltar cuando visitamos la Giralda al igual que sus frituras. Por ello optamos por pedir el plato variado de pescaíto frito para probar un poco de todo. Una sabia elección. Una fritura en condiciones. Crujiente, ligera y nada grasienta que desembocó en un contundente y sabroso arroz caldoso de rabo de toro. Un espectáculo en toda regla. Un sabor potente. Una textura perfecta. Un rotundo acierto que anunciaba el fin de la velada. De postre, nada mejor que un fresco
sorbete de limón al cava para limpiar al paladar y dejarnos con un agradable
sabor de boca.


 

La Giralda, un entrañable pedacito de Andalucía en una de las zonas más exclusivas de Madrid que nos traslada al sur a través de deliciosos bocados que seducen, conquistan y convencen.

Dirección: Claudio Coello, 24, Madrid
Teléfono: 91 576 40 69

www.restauranteslagiralda.com

Precio Medio: 40€